DesearÃa poder recordar exactamente cuándo sucedió esto, fue después de Alemania y antes de Nueva Inglaterra, durante un perÃodo de tiempo en el que me obligaron legalmente a verte los fines de semana y durante la mitad de cada vacaciones. Creo que para entonces ya habÃamos pasado un verano yendo de un lado a otro de Puerto Rico, desempacando y volviendo a empacar la ropa de la semana dentro y fuera del equipaje que serÃa arrojado en la parte trasera de un automóvil diferente cada domingo. . En este punto, no te habÃa dicho que no podÃa más, al verte los fines de semana. No estaba escondido en la bañera de arriba con un espejo de mano inclinado hacia la ventana cuando venÃas a recoger a los demás, mirando el camión salir del camino de entrada mientras estaba sentado en un 'tazón de cereal humano' de porcelana frÃa lleno de miedo... todavÃa no.
Cuando iba contigo, habÃa disturbios de violencia más allá de la medida precisa del ojo o el intelecto de un humano. Sus barbaridades surgirÃan para una audiencia de civiles sin experiencia presenciando a un niño menor de edad enfrentarse a su "padre" en defensa propia, hasta ese mismo momento. Pensaste que llevarme a un restaurante para abusar de mà allà harÃa que me callara, para no llamar la atención y permitirte ganar la pelea. Como si realmente pensaras que habrÃa una forma en que te dejarÃa ganar. Una de las últimas veces que fui contigo, fue uno de los peores dÃas de mi vida (hablando de eso, muchos de los que eres responsable, muchas gracias por eso). Esto no era nuevo: tú aparecÃas al final de la semana, rara vez cumplÃas con tus responsabilidades paternales y apenas les hacÃas la menor mella posible, pero pensabas en darnos a los demás y a mà una asignación para gastos en el vestÃbulo del cine o para un El nuevo atuendo de una tienda centrada en AFAB de alguna manera podrÃa hacer que las cosas "bien" entre nosotros.
Me preguntaste dónde querÃa gastar mi 'presupuesto' (gracioso, porque casi nunca lo acepté, a diferencia de ellos), y dije Walmart. Me miraste perplejo. "Pero, siempre consigues tu ropa allÃ, ¡vamos a otro lado!" "No necesito verme feo, necesito estar bien alimentado", respondÃ. Desconcertado, su rostro se agrió. SabÃa a dónde iba esto, pero si no recuerdo mal, habÃa tomado una taza de té antes de que me obligaran a subir al camión ese mismo dÃa... no me iba a molestar tener que hablar. De todos modos, no pasarÃa mucho tiempo antes de que tuviera que hacerlo. "¿Por qué diablos no estás usando el dinero para comprar comestibles cuando nos ves? ¿Por qué diablos no nos preguntas cuáles son nuestras necesidades reales? ¿Por qué siempre has estado bien con una despensa vacÃa?"
No puedo recordar mucho más de ese dÃa: en silencio haciendo los cálculos (redondeando los números hacia arriba para incluir los impuestos) en mi cabeza en el camino a la tienda en base a los precios de Gran Valor que recordaba que por lo general permanecerÃan en su lugar, los demás incómodamente sosteniendo / usando sus nuevos artÃculos de tocador mientras examino los pasillos en busca del papel higiénico y el jabón más baratos, la incomodidad y la confusión con las que me encontré cuando regresé a donde me obligaron a quedarme con la versión más salvaje de una compra de comestibles de $ 60 que jamás haya tenido visto en tu vida (estiré los dólares y conseguà que la compra me durara un par de semanas también, muchas gracias).
No puedo recordar mucho más sobre ti, además de este tipo de momentos. no me importa De hecho, estoy agradecido de que nada de esto sea activamente mi problema. Como si realmente pensaras que habrÃa una forma en que te dejarÃa ganar.